La ultima vez que escribí en este blog fue el día 17 de enero, fue un homenaje a los 100 años que hubiera cumplido en esa fecha mi padre. Escribí como si mi padre me hubiera acompañado a un concierto de Javier RUIBAL. Desde entonces castigado en casa. No he dejado de pedalear, cuan hámster en mi jaula, he recorrido algunos kilómetros mas que el año pasado hasta esta fecha, todos ellos en Madrid.

En esta fecha, ya nos hemos venida Hortensia y yo hasta Valladolid. Como era el día de Castilla y León la ciudad estaba prácticamente vacía. He esperado hasta esta fecha por dos cosas importantes:

La que de verdad me ha influido ha sido el tiempo. Salir de excursión en bicicleta con viento, con lluvía y con frio, parece que no era conveniente.

Luego, para quedar bien, he justificado no emprender el camino en las fechas adecuadas por una operación que le han realizado a Tere de extirpación de vesícula y de paso le han quitado una hernía de hiato. La verdad es que no me ha demandado ninguna atención especial, pero me sirve para justificar la demora en la partida.

Lo de levantarme a las cinco de la mañana ya es de por si una autentica hazaña. Los viejos tenemos una hora para levantarnos, cualquier cambio nos hace estar todo el día descolocados. Había dejado todo preparado ayer. Cuando he llegado a Laguna de Duero en la bicicleta me he dado cuenta de que me había olvidado la visera veraniega de mi hermano. No se puede estar en todo.

En el tren que me traía hasta Valladolid desde la estación de Príncipe Pío he sentido frio. Pese a demorar la partida he escogido un día inadecuado. Con pantalón largo, deportivas (con goretex), camiseta, nórdico y maillot de invierno he tenido un poco de fresco.

El viaje como todos los que hago en trenes regionales, aburrido hasta decir basta. Dos horas y cincuenta y cinco minutos de Madrid a Valladolid da tiempo para pensar en esta entrada del blog y en el camino que me queda por delante. Tanto el que pienso hacer en bicicleta como el que me queda hasta que pueda dejar de pedalear. Son reflexiones idiotas. Lo que tenga que ser será.

He recorrido el centro vallisoletano para captar algunas fotos. La fachada del Palacio de Santa Cruz tapada por una lona, la escultura de Chillida tapada escondida y tapada.

La Junta, por lo que oigo está empeñada en eliminar todo vestigio reivindicativo del día de Castilla y León.

Hago arqueología personal. A la vuelta de la semana santa del año 1973 se presentaron en casa de mis padres unos funcionarios de la policía. Decidieron requisarme algunos papeles y libros y me llevaron a la comisaría de la calle Felipe II de Valladolid. Se entretuvieron durante setenta y dos horas en torturarme. Como (cuan Infanta) no les pude contar nada, me llevaron al juzgado pasado el tiempo máximo de detención, el juez me puso en la calle. Es verdad que no me devolvieron los libros ni los papeles, pero me soltaron.

Al día siguiente, o a los dos días, era 23 de abril. Es verdad que no era festivo en aquellos momentos, pero motivados por los medievalistas de la zona nos plantamos en Villalar de los Comuneros. En la campa no éramos muchos mas de cien o doscientas personas. Perdón, no he contado a los miembros de la benemérita a caballo que nos rodearon. Si contamos los que reivindicábamos en la campa y los que nos desalojaron podríamos decir que estábamos en Villalar cerca de quinientas personas. Ganaron los que montaban a caballo.

Volvimos como pudimos a casa y fue el germen del día de Castilla y León y de la reivindicación histórica de los Comuneros. Hoy, la Junta, ha decidido que la festividad de la comunidad se celebre en cada una de las ciudades con actos que nada tienen que ver con la reivindicación histórica y por supuesto han fracasado. A esta banda (y digo banda en sentido literal) le da igual.

La ciudad estaba  vacia, no se si todos se habían ido Villalar o se habían dedicado al “dolce far niente”. Después de dar una vuelta por la ciudad y hacer fotos de los lugares mas característicos de Valladolid he ido hasta Laguna de Duero.

Según estaba en el Palacio de Fabio Nelli, haciendo fotos de la Plaza de las Brigidas, De la Iglesia de San Miguel, del Palacio citado, se ha acercado un paisano que venía corriendo, me ha hablado de la importancia arquitectónica de la Plaza del Coso. Como soy bastante pedante, le he contado la historia del edificio y tras despedirnos ha seguido corriendo. No tenía otra opción.

Como no había nada abierto me he puesto en marcha en dirección a Laguna de Duero para salir un rato con mi hermano. Por la margen derecha del Pisuerga hay un carril bici cómodo. Pasado Arturo Eyries hay una pasarela que cruza el río y me he plantado en la carretera de rueda. El carril bici en esa zona mejorable. Vas por la carretera, ves el carril, desaparece, vuelves al carril y así hasta el infinito. Sin sacar el Google Maps he sabido llegar.

Antes de llegar a Laguna he parado para hacer tiempo hasta la hora en que había quedado con mi hermano, era una zona ganadera, me he bajado de Hortensia y sentido que al tiempo que yo bajaba se desprendía algo de la bici. CATÁSTROFE  TOTAL. Se me ha roto (supongo que por mi peso) el sillín de la bicicleta. Mi Brooks  auténtico ha fenecido.

Una bridas más o menos ajustadas y a seguir. El rato que he pasado con Luis, placentero, después, con el sillín “jodido”, vuelta a Valladolid.

La comida en Ángela. Caracoles (es la época) un pincho de manitas de cordero y poco mas. Luego a esperar la hora del tren hacia Ponferrada y para escribir esta entrada.

Ahora seguro que mientras hago tiempo llegaran las siete plagas, pero como tengo la cabeza en positivo, saldremos de esta.

No voy a publicar esta entrada hasta mañana, cuando haya pasado por Ponferrada, haya visto las Medulas y tenga el sillín reparado.

Subí en el tren que debía llevarme hasta Ponferrada. El Interventor (supervisor de servicios a bordo) me indicó que tenía que plegar la bicicleta. Le dí la opción de que lo hiciera él. Desistió.

Llegué a Ponferrada a las 21:40 horas. Directo hacía el hostal San Miguel. Flojo, flojo.

Cené en Mercado de abastos. Demasiada comida. Directo al hotel y a dormir. No visité el Castillo Templario ni siquiera me dí una vuelta por la zona. Los viajes en tren me van cansando cada vez más.

Pues para ser la primera entrada en muchos días ya está bien.

Viajes

240423 Dia del LIBRO.

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3 comentarios en “240423 Dia del LIBRO.

  1. Ayyyy Mariano, que alegría leerte…..voy un poco retrasada (empieza a ser mi estado natural), no sabía nada de lo de Tere, espero que todo esté bien, en fin luego la llamaré.
    Lo del sillín una auténtica «putada», y lo de los 4 eurazos por el parking de Hortensia me parece una VERGÜENZA. Las viandas como siempre de lujo, que bien se cuida mi «jubileta» favorito.
    Te deseo un buen camino, amigo…Besazos de tu groupie favorita.

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